Si existe algo típico en nosotros los chilenos, es la lamentable conducta de andar copiando lo de fuera, como la fiesta de #Halloween que una vez más se vivirá esta noche, y digo lamentable, pues a mi parecer, esta copiona actitud solo denota la inmensa falta de identidad que tenemos como país.
Pero en fin, no es precisamente en la identidad donde quiero centrar mi escrito el día de hoy, si no que en el hecho de plantear lo que bajo mi opinión es el verdadero peligro de esta “celebración”
Tampoco tocaré aquí de donde viene la “fiesta”, como comenzó, por que se celebra o en que momento llegó a Chile, pues creo que ese es material fácil de encontrar en Internet o en los diferentes medios de comunicación que año tras año se refieren al tema.
Para mí, hay algo mucho más importante y preocupante en todo esto, algo a lo que según yo y con todo respeto lo digo, considero que deberíamos poner mayor atención, y eso es el cuidado de nuestros niños.
Digo esto, por que en los últimos años me he dedicado a observar a los pequeños que andan pidiendo dulces, y si bien es cierto muchos de ellos van acompañados por alguno de sus progenitores, también hay otros que van acompañados de hermanos, primos, o amiguitos “mayores,” es decir, por adolescentes que por muy grandes que se vean, en el fondo son tan niños como ellos, y que probablemente no tendrán los medios suficientes para auxiliar a los pequeños de algún tipo de peligro que se pueda generar en esta acción.
Acción que para mí es un riesgo, un peligro, una exposición inútil para nuestros pequeños, pues nadie sabe quien puede estar tras de una puerta, y con que intenciones recibirán al menor que en su “inocencia” busca conseguir un dulce.
Por que seamos sinceros, lamentablemente la maldad existe, y últimamente se ha visto mucho abuso y mal trato a nuestros niños, y fácilmente en esta “fiesta” se puede dar el caso de hacer pasar al menor a una casa, y abusar de él o ella, fácilmente pueden existir asaltos u otro tipo de actos violentos por gente escondida tras un disfraz, fácilmente esta celebración se puede transformar en una tragedia si no tomamos antes las precauciones correspondientes.
Cada uno sabe como cría y cuida a sus hijos, cada uno sabe que cosas les permite o no les permite hacer, pero no siempre lo que está de moda es lo mejor para ellos, y si hay algo en que últimamente los papitos han estado fallando, es en el hecho de no saber decir que no en los momentos que realmente es necesario decirlo, pues es preferible que el niño llore un rato, o que el adolescente se enoje por unas cuantas horas, antes de lamentar una tragedia que quizás los marque para toda su vida.
Trátenme de alarmista, amargada o lo que quieran decirme, pero para mí, Halloween es una instancia que más que causar alegría, puede generar más de una tragedia, que sin duda nadie quiere vivir ni lamentar.
Lo dicho dicho está, y más encima quedará escrito, si usted quiere reflexione sobre esta situación, si no lo considera pertinente se entiende y valido su posición, pero yo hoy me atrevo a decir lo que pienso y siento sobre una fiesta que a mi parecer no aporta en nada a nuestro país, a excepción del consumismo y la publicidad.
Un gran abrazo para todos, que Dios los bendiga y que tengan un excelente feriado junto a su familia.
Nora Cordero Ardiles.
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